SEGURIDAD Y SALUD PUBLICA
La causa contra el crimen organizado ha dado gran impulso a políticas conservadoras y ha marcado la filosofía de los gobiernos en la idea de tutelar el comportamiento de los ciudadanos mediante el aumento de las prohibiciones y restricciones que siempre fueron causa estructural para la corrupción. Curiosamente la estructura del narcotráfico, el crimen organizado y los gobiernos coinciden en actuar contra actividades legales.
El discurso de la salud pública, la seguridad y la ecología, aquí en Guaymas, se ha convertido en un discurso hueco que sirve para exaltar la intolerancia y el autoritarismo, además ha servido para que los políticos muestren sus verdaderas intenciones de ambición a futuro con desplantes mediáticos y con un alto grado de ignorancia.
En el fondo, los gobiernos y los políticos envidian la capacidad del crimen organizado, que con un solo mensaje mete a todos a sus casas y deja ciudades desiertas como muestra de su poder. Los gobiernos han descubierto que los temas de seguridad y de salud pública son básicos para instaurar una política autoritaria y gracias a ellos justificar que todos los gobernados son delincuentes en potencia o fuentes de contagio. Y que para la seguridad de todos hay que restringir los derechos a todos.
Un ciudadano para vivir seguro y no ser blanco del fuego cruzado no debe salir de su casa. Si lo hace, deberá aceptar ser considerado sospechoso. Cuando debería ser al contrario, debemos salir a la calle, encontrarnos y reencontrarnos. La neurosis es alta porque bailamos poco. Bailar acota el consumo de alcohol y del tabaco, relaja y no es prostitución, ni nada de eso. Un pueblo que baila, canta y platica en los espacios públicos es una comunidad sana que sanciona a los que vulneran el derecho y la convivencia de todos.
Salgamos a la calle a reencontrarnos como guaymenses.