CIRCO MAROMA Y TEATRO

LA INGENUIDAD

Reflexionando sobre la ingenuidad y al revisar entre los tiempos barrios de jóvenes de hace 30 años, de cuando enfrentábamos y buscábamos cambiar el régimen y acabar con el PRI, llego a la conclusión de que eramos menos ingenuos

Sin embargo, hay que reconocer que antes, como hoy, la voluntad «ingenua» ha logrado cambios y siembras; coherencia entre lo que se dice y se hace; que con la consecuencia se siembra, y que aquellos golpes de voluntad de ayer y hoy han logrado cambios que siempre serán el punto de partida y nunca el de llegada. La derrota profunda es haber pasado de los procesos de unidad al divisionismo; de la desfiguración programática y la dispersión, al sectarismo victorioso. Paradójicamente, hoy se considera un triunfo político —no una ingenuidad— garantizarle la continuidad a los poderes que se dice combatir.

Conclusión: en México, los cambios se han hecho a base de ingenuidades contra poderes absolutos y caminos trillados. Son líquidos como la fuerza del agua, que siempre pasan y son indetenibles

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