LA MENTIRA COMO FORMA DE GOBERNAR
«Hay mentiras que gozamos y nos gustan», canta Buika, la cantante negra andaluza y que «a veces las mentiras son buenas», como pensar que nos quieren o que vivimos en paz y la estabilidad política. Así vive todos los días la alcaldesa Sara Valle, presidenta municipal de Guaymas: mintiendo. Vive de mentiras y lo mas lamentable es que ella misma se las cree.
Los guaymenses llevamos mas de ocho meses viviendo y gozando de sus mentiras. Hay políticos y ciudadanos mentirosos. Hay demandas mentirosas con respuestas que también son mentiras y no se puede avanzar en nada, porque la alcaldesa tiene miedo a enfrentar lo que la lógica y la realidad gritan.
Guaymas se está convirtiendo poco a poco en una ciudad fantasma con pueblos y comunidades decadentes. Del vacío de futuro se ha pasado a lumpenizar el gobierno, con frivolidades y selfies, exhibiciones en redes sociales, mafias, corrupción política y de gobierno. Barrios y comunidades rurales son arrasados con la dinámica económica del crimen organizado. El gobierno municipal subsiste frente a la impunidad y contribuyendo a la espiral de violencia al mezclar cinismo con lugares comunes ante delincuentes que se matan entre si, y la sociedad cree que observando se limpia pero es arrastrada a una salida no democrática y si autoritaria contra la inseguridad.
En ocho meses Sara Valle ha mentido en las finanzas. En la presentación de documentos para contratar familiares, en cambios de funcionarios de su gobierno, en sesiones de cabildo, ante autoridades, ante los ciudadanos. En todo, pero no se ha dado cuenta que llegará el momento en que la gran mentira en la que vive la alcaldesa, van a generar tiempos de cólera y cuando esto suceda nadie la va a poder detener.
Y a la alcaldesa Sara Valle ni Santiago Luna la salvará y como dijo Buika la cantante, seguir gozando de la mentira.
Cuestión de tiempo.