EL CONFLICTO DEL MERCADO MUNICIPAL SIGUE.
En lugar de ir al recate del mercado municipal de Guaymas como centro económico y comercial para el abasto popular. La política del gobierno emanado de la Cuarta Transformación es la represión y la constante presión contra un grupo de mujeres indígenas que durante años han vendido sus productos.
En lugar de pensar que un mercado público es un centro comunitario para el sustento y el fomento de la identidad cultural, optan por hacerle la estancia y vida imposible a personas de un grupo étnico como son precisamente los yaquis, aborígenes de estas tierras y verdaderos pueblos originarios de la misma.
Las mujeres yaquis han sido acosados por dos lados: un concesionario que al «agandalle» y con el apoyo del administrador del mercado quieren despojar de su espacio, que no es del mercado municipal, a las mujeres y , por el otro lado, la misma autoridad municipal, que por conducto de la Presidenta Sara Valle Dessens y la directora de los servicios públicos municipales Marisela Zatarian, que permiten que locatario y funcionario presionen y mantengan constantemente el hostigamiento contra dichas mujeres, sin que tengan la mínima intención de resolver el problema, que cada día se agudiza mas y que al ponerle la atención debida, terminará con una tragedia. Poco falta para que se den conatos de violencia.
Los guaymenses hemos convivido de siempre con las mujeres yaquis asentadas por fuera del mercado municipal y que son parte de nuestra identidad cultural.
El mercado municipal debería de ser un espacio vital para el desarrollo de nuevas y mejores políticas publicas, las cuales deben ser respaldas con inversión, equipamiento u mobiliario sin perder el carácter social y, en lugar de pensar de esa manera optan por la represión , no nada mas, contra las mujeres yaquis que ahí venden sus productos, sino también existe el hostigamiento permanente contra los locatarios.
Si siguen así las cosas. el presagio es que habrá problemas muy fuertes y todo por sostener a Ulises Valenzuela, un «gorila», que constantemente amenaza a las mujeres yaquis y a locatarios. Una persona que no tiene perfil para ocupar ese cargo, pero que la alcaldesa Sara Valle ha insistido en no removerlo, a pesar de que es un solo clamor la necesidad de quitarlo de ese cargo público.