CIRCO MAROMA Y TEATRO

DIEZ DE JUNIO ¡¡ NO SE OLVIDA !!

AYER Y HOY. SEGUIMOS REMANDO CONTRACORRIENTE.

Reflexionando sobre lo que paso hace 48 años, de cuando se enfrentó y se busco el régimen de los crímenes del 2 de octubre, hay que reconocer que antes, como hoy, ha voluntad de seguir en la lucha ha logrado cambios y siembras; coherencia entre lo que se dice y se hace; que con la consecuencia se siembran y que aquellos golpes de voluntad de ayer y hoy han logrado cambios que siempre serna el punto de partida y nunca el de llegada.

La derrota profunda es haber pasado de los procesos de unidad al divisionismo; de la desfiguración programática y la dispersión, al sectarismo victorioso. Paradójicamente, hoy se considera un triunfo politizo, garantizarle la continuidad a los poderes que se dice combatir. Hace años también el EZLN convocó a una consulta por el derecho de los pueblos indios y por el fin de la guerra de exterminio, a fin de que fueran reconocidos los acuerdos de San Andrés. Dos catos importantes que movieron al país; declararle la guerra al régimen desde la Lacandona (1994) y la consulta con miles de votos ciudadanos apoyando los derechos indígenas (1999)

En el 2014 la recolección de firmas exigiendo referendo sobre la reforma energética, que logró mas de 4 millones de firmas en el país y que la Suprema Corte declaró «improcedente» porque afectaba los ingresos del Estado y aquí estamos esperando la verdad sobre Ayotzinapa y una justicia que ni remotamente se asoma

Si el crimen organizado se organizó en las entrañas de los cuerpos de la contrainsurgencia represiva del viejo régimen inspirados en el anticomunismo y la guerra sucia, su instinto está de regreso, adulto y estructurado en todo el país, para asesinar, torturar, desaparecer y secuestrar. Más presupuestos y nuevas policías solo alimentan a los señores que hoy se han enriquecido con la violencia y del Estado fallido. Siguiendo la máxima de que “origen es destino”, las mafias se han convertido en el brazo ejecutante de las fuerzas de seguridad, igualando lo que fueron las matanzas paramilitares en Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Colombia y la que generó el racismo en Sudáfrica.

La profundidad de esta descomposición establece un trazo que une Tlatelolco 68, 10 de Junio, Aguas Blancas, San Fernando, Tlatlaya e Iguala, donde el paramilitarismo sin rostro hace la función del gendarme con derecho a matar y desaparecer, al servicio de una brutal política migratoria y de contrainsurgencia de Estados Unidos y México, con derecho a usar el terror, contra lo que la economía excluyente y las leyes no pueden frenar. Hoy la gobernabilidad se sustenta en este acuerdo oscuro y de facto que une a las fuerzas de seguridad con el crimen, haciendo juntos la política de contrainsurgencia que infiltra la política y a los partidos, compra y amenaza legisladores mediante campañas de odio y desprestigio, financia grupos de provocadores y llena de ruido con gritones mansos, para que nada con sentido se escuche.

Si primero destruyeron la economía del campo, luego siguieron regiones enteras y provincias que generaron depresión y migración masiva, hoy preparan el terreno para dividir al país mediante la balcanización de mexicanos, enfrentados unos con otros. ¿Ese es el proyecto de fondo? En ese pozo de desconcierto, incertidumbre y desasosiego nacional, es inexplicable cómo se puede llegar al asesinato en masa de adolescentes y jóvenes. ¿Cuál es el origen del odio sobre los normalistas de Ayotzinapa? ¿Qué ha permitido que se los llevaran en patrullas pagadas con el erario y hoy estén desaparecidos? ¿Qué escena de terror han de haber vivido estos jóvenes si son los encontrados en las fosas de Iguala?

Los cambios se han hecho contra poderes absolutos y caminos trillados. Son líquidos como la fuerza del agua. Que siempre pasan y son inentendibles.

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