LOS ERRORES COMETIDOS
¿Por que los errores cometidos en estos años, no tuvieron vocación pedagógica?, se repiten y se repiten y no nos enseñaron nada. Son de los errores que se cometen bajo la particularidad que se olvidan deliberadamente, pues su origen son la soberbia, la falsedad y el oportunismo. Son los errores propios, que lo más fácil es convertirlos en acciones del adversario, porque así se mantiene inmaculada la facultad de continuar cometiendo equivocaciones. Es decir, hay que echarle la culpa al contrario para que se cree la idea de que son los otros los que se equivocan.
Y así hemos estado desde hace tiempo. Nuestra generación es la más perdida de todas, la más errática: es una generación fallida y mediocre; intelectualmente galardonada como ninguna, déspota e inútil históricamente. Y desgraciadamente es lo que le estamos enseñando y dejando en la memoria a las nuevas generaciones
Entramos al XXI llena de sombras, frustraciones y derrotas, al concebir la política sin crítica y autocrítica, y lo peor, sin querer correr riesgos. El ejercicio de la crítica oportuna se cambió por el historicismo, el considerarse protagonistas de la historia, sólo por seguir y alimentar ilusiones, sin hacer esfuerzos y considerar que el poder era el fin y llegaría por merecimiento. Nunca se hizo un sacrificio, todo lo querían en la mesa y sin moverse. Es una generación que a los primeros avances y a la mitad de la marcha, paró el combate para hacer desfiles de condecoraciones, reparto de puestos y autoelogios. Todos se presentaron como héroes y entraron al desfile con ambiciones más grandes que sus talentos. Su trinchera de lucha fueron los insultos y defender a los héroes repartidores de lealtades y nóminas.
Las pérdidas nos están ganando, por haber detenido la marcha y haber hecho de las formas de lucha, caricaturas y escenografías, proclamas del resentimiento, abandono del sentido del humor, gritos y acomodos. Van a continuar los errores, por la vía de la década perdida, los insultos y la victimización.
Y ahí estarán secándose al sol, sin memoria, sin ideas, pasando de un partido a otro y envejeciendo sin honor.