GUAYMAS ¡¡ BAH !!

UNA RADIOGRAFÍA DE LA CIUDAD

Así como antes, todo era y se veía en blanco, así podríamos dividir la historia moderna de Guaymas. Hoy en un Guaymas multicolor las formas de las palabras toman mayor distancia de los propósitos y los hechos, porque los matices implican una visión mas compleja que los claroscuros, que no necesariamente es semejante a la esencia.

En el Guaymas blanco y negro no es mas justo ni mejor que el de ahora, pues la pobreza, la falta de educación, salud, bienestar y trabajo eran tan grandes como los de ahora, pero sus formas elementales expresaban mas la realidad y había otra de doble moral, con otra demagogia. No había por lo menos tanto discurso contra la pobreza extrema mientras se producen pobres como ahora. La falsedad era falsa. La represión verdadera. La demagogia oficial.

Antes, las prisiones estaban llenas de opositores y disidentes que no estaban resentidos ni eran demagogos. La palabra democracia era subversiva, la solidaridad un concepto verdadero cercano a la conjura. La «ecología» como l palabra y concepto no existían en el diccionario y menos la preocupación por el medio ambiente.

Al llegar el siglo XXI, en la política y en la forma de gobernar, los guaymenses nos hicimos cínicos, pues hoy los problemas de Guaymas a color es que todos «somos democráticos» , todos nos preocupamos por la pobreza y la crisis económica, gozando de la incapacidad del que esta enfrente. La política es un juego infantil que divierte, pero a nadie sirve. Ahora todos los políticos son buenos. Hablan con las mismas palabras y se enfurecen por lo mismo.

Hay, sin embargo, una complicidad de todos que al girar de color de partido dan el efecto del caleidoscopio, cambia con el escándalo, la palanca que mueve a la ciudad todos los días a través de los noticieros. La comentadocracia sustituyó al pensamiento critico, la lucha verdadera, la demanda autentica. Todas las verdaderas están ocultas y el único problema de Guaymas es la ciudad entera, que por cierto, esta fragmentada, pedazos que no crean un conjunto; son parte sin un todo.

Necesitamos reagrupar las ideas que dieron identidad, legitimidad y luchar contra el sentimiento del tiempo perdido. La derrota de los principios al acercarnos al laberinto del poder y preferir la fe, el principio de autoridad, la tolerancia a al corrupción en una ciudad irreconocible por el triunfo de la mediocridad.

Hoy, se mendiga un pedazo de celebridad. Los críticos han sido tan homenajeados que ya no pueden hablar contra nadie, los que luchaban contra la represión y ahora lo justifican, los que escriben ahora organizan porras y rechiflas.

El Guaymas de hoy, esencial para nosotros, es muy triste.

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