CUANDO EMPECEMOS A COMPRENDER LAS COSAS.
Así como la corrupción es algo que nos identifica y lo tenemos intrínsecamente metido hasta la médula de nuestro ser y mente; lo mismo sucede con las palabras crisis económica, convertida en una identidad nacional, inherente a nuestro ser
En lo personal, desde que tengo uso de razón, existe y se vive en crisis económica. No hay crisis en el mundo que no se refugie en México; somos el ombligo de las crisis, patria de la justificación y el desencanto. Aquí todos los efectos y las quiebras nos vienen en oleadas y sólo falta que nuestros legisladores den a la crisis rango constitucional.
Desde aquella devaluación del año de 1976 no hubo una generación de mexicanos que no naciera bajo el peso emblemático de la crisis. Yo tenía 12 años y lo escuche
Por ese tema, el de la crisis económica, surgió el uso de los programas sociales, no para combatir las causas de la pobreza, sino para paliarla con ayudas a los sectores más vulnerables, por medio de despensas, becas, apoyos en especie para las personas de la tercera edad, discapacitados y madres solteras. Y por esta crisis económica nació, una partidocracia conformada por electores subordinados a los programas sociales oficiales de cada gobierno.
Vaya usted a saber, pero la verdad es que nosotros, simples mortales, mexicanos, vivimos en una crisis económica a perpetuidad.
No se si han dado cuenta, pero todo subió. La canasta básica ha quedado pulverizada. Todo va en aumento. Nada cambió, Y ya no está el PRI ni el PAN.
Nuestro salario ya no alcanza.