EL RESENTIMIENTO COMO FORMA DE GOBERNAR
Resentir es una reacción. Es un tumor anímico que crece en forma de rabia, rencor, animadversión, odio, tirria, amargura, decepción crónica, pesimismo y agravio. El resentimiento nubla la inteligencia y anula la objetividad al imponerse y repetirse en el mismo sujeto colectivo o individual.
El resentimiento vive en todas las sociedades e individuos. Es una rémora, estorbo, impedimento, lastre, dificultad, traba, freno, obstáculo para el cambio y las reformas posibles, pues su objetivo no es lograr objetivos, sino vengar afrentas. El resentimiento necesita sociedades injustas para desarrollarse y es universal: ha vivido en todos los tiempos y todas las culturas, de la misma manera que los monstruos, cuyo único origen es la búsqueda de la naturaleza humana para justificar sus deformaciones.}
Es bien visto en la región de Guaymas y Empalme, que los presidentes municipales viven del resentimiento. Odian y buscan venganzas. Para ellos no hay dialogo, porque su pensamiento no da para mas. Esta semana, los dos alcaldes. Sara Valle Dessens y el pantico, recibieron dos resolutivos legales en su contra, y eso los enerva. Los hace enojar, y con toda seguridad buscarán la manera de vengarse. De no quedarse con ella, porque esa es la naturaleza de un resentido.
El resentimiento es el origen de la reacción, de lo reaccionario y, aunque confronta, su objetivo verdadero es estancar, paralizar, conservar los problemas y los males. Favorece lo despótico porque no lo sustituye, sino que lo imita. Se recrea en las tragedias para sobrevivir y justificar errores.
Quiere conocer a dos gobernantes que gobiernan, valga la redundancia, con el resentimiento. Ahí está Sara Valle Dessens y Francisco Javier Genestas, alcaldes surgidos de la coalición MORENA.- PT- PES