EN TIEMPOS DE PRECAMPAÑA
La orgía del pragmatismo invernal que se esta viviendo hoy en los partidos políticos, anuncia lo que será la primavera electoral. Anuncia como serán las elecciones de este 2021 y su resultado. Hoy los que se ostentan como «dueños» de las decisiones del electorado piensan que «Si yo gano, se gana todo y Guaymas se salva. Si pierdo, se pierde todo». Ese es el mensaje de fondo que transmiten en sus precampañas las decenas de candidatos que surgen dentro de los partidos.
Ésa es la vieja cultura priísta que perduró durante décadas y que legitimaba al partidazo de las mayorías, al que ganaba sólo porque había una fecha electoral. Hoy, la clase política o quienes se disputan el país y las ciudades a insultos y descalificaciones heredaron esta visión profundamente antidemocrática. ¿Cómo puede surgir un gobierno con consenso si en las campañas se vota no por una propuesta, sino con ataques de unos contra otros?
Así como existe una espiral de violencia indetenible entre la fuerza pública y la delincuencia, también hay una entre las fuerzas políticas legales que se disputan el poder por el poder, reproduciendo la espiral de negaciones entre unos y otros. Los partidos políticos representan esas dos violencias, al de los acuerdos con el crimen organizado y las de ellos mismos.
Lo que hoy estamos viendo en esta precampaña es el espectáculo de personajes cruzando de un partido a otro, de alianzas por el poder, de arreglos inconfesables. Cuando se ofrece el poder total, como en los viejos tiempos del presidencialismo priísta, y se hace campaña, no para construir, sino para destruir a los futuros opositores, se propone una falacia, una mentira, pues Guaymas, de esa manera, y con ese esquema es ingobernable desde cualquier posición.
Sólo una fuerza nueva, distinta, democrática, ciudadana, con poder e independencia para cuestionar y con propuesta, podría romper la espiral de la negación de los partidos políticos actuales, incapaces de gobernar Guaymas. Así como son las precampañas, así será Guaymas después de 2021. La estructura de insultos no construirá un gobierno fuerte con capacidad de hacer los grandes cambios que con urgencia necesita la ciudad. .